Los 2 mundos que nos presenta la película
En una parte se trata un tema tan trascendente y doloroso en nuestra historia como el holocausto. No desde un punto de vista histórico, ni desde un punto de vista adulto. La narración de los hechos se ofrece a través de la perspectiva del pequeño Bruno, su inocencia es tan real que es incapaz de darse cuanta de la realidad, de la barbarie que lo rodea Bruno es hijo de un comandante nazi que es destinado a dirigir el campo de concentración de Auschwitz.
El niño pasará de una vida tranquila en Berlín, en una casa estupenda, con unos amigos para toda la vida a vivir junto a la alambrada del campo de concentración. El tedio que le proporciona su nueva vida y su afán explorador lo llevan a escaparse buscando alguna aventura, algún amigo, hasta que lo consigue. Conoce al niño con pijama de rayas en un punto de la alambrada que ha conseguido mantenerse a salvo de las miradas y los fusiles de los soldados.
Entre ellos, surge una relación de necesidad, más que de amistad, que les lleva a acabar juntos al final de la historia, al mismo lado de la alambrada, el mundo de Shmuel se deja admirar muy poco, lo único que podemos ver durante la mayor parte de la proyección del filme es la alambrada, pero esto es suficiente para entender que su realidad es desolada y triste.
El mundo de Bruno y Shmuel
Algo muy interesante es que Shmuel el niño judío con el que entabla amistad Bruno, está casi en las mismas hablando sobre la sensatez . Mantienen unas conversaciones muy forzadas con la intención de que ambos sean ignorantes e inocentes sobre sus propias circunstancias. Shmuel incluso llega a decir que cierta cuadrilla que se fue a hacer cierto trabajo no volvió y nunca se vio más a ninguno de sus miembros, o que su padre desapreció... y no sospecha lo obvio, la inocencia de ambos es demasiado alta, situaciones como que ninguno soldado Nazi intervenga o vigile esa parte de la alambrada a veces es absurda y que todos puedan pasearse con tanta facilidad por el campo, si no fuera porque en el fondo esto es como un cuento ya que no toma la brutalidad y seriedad de lo que en realidad son los campos de concentración, sería increíble e inverosímil. Yo lo veo como una fábula con moraleja, estilo Paulo Coelho.
Es innegable mencionar que uno vive en un mundo mucho mejor que el otro, pero lejos de eso la película trata de a sernos ver que el poder de la amistad es inmensamente grande, la amistad de Bruno con Shmuel marcará el fin de su inocencia infantil. Sus encuentros secretos desembocan en una amistad cuyas consecuencias serán asombrosas y devastadoras.
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